divendres, 3 d’octubre del 2008

Mi visita al Parlament de Catalunya. Por Enriqueta Rodríguez Valero


1 de Octubre de 2008.

Son las 12 de la mañana, en la puerta nos espera Mercedes Aguilera. Vamos al Parlament de Catalunya en un día especial. Se hablará sobre lo que se ha hecho y lo que se hará en el próximo año.

En el día de ayer habló el Sr. Montilla y algún grupo Político. Hoy les toca al resto, entre ellos, a Ciudadanos.

Después de las identificaciones de rigor, subimos las famosas escaleras con la alfombra roja. En estos momentos nos preguntábamos..."¿Por qué no ha venido la tele a entrevistarnos?". Ya que no venían, nos dirigimos al bar para tomar un café.

En este momento me di cuenta de que a mi alrededor, la gente no era como yo.
Los Parlamentarios, los periodistas, el personal que trabaja en este Palacio; no son como nosotras. Te miraban como algo que estuviera fuera de lugar, y realmente yo me sentía así.

Como comentaba con mis amigas, esto lo pagamos nosotros. Todo este lujo, el servilismo por parte de los trabajadores, todo está financiado por nuestros impuestos.

Pienso que se podría tener un parlamento más sencillo, sin tanto gasto de luz, sin las magnificas lámparas (me encantaron)... Ya se que dirán que son bienes de Cataluña y que todos podemos disfrutar de ellos. Me parece obsceno, porque cuando sales de allí, es como salir de un mundo encantado. Cuando vuelves a la realidad, te encuentras en la calle a los que te piden, a los que caminan poco a poco porque la vejez les ha hecho menos ágiles, a los que van mal vestidos, a los que están preocupados por su trabajo, etc.

Ellos, los políticos, parece que viven un mundo que para mí es irreal.

Irreal me pareció la salida de la sala parlamentaria del Presidente de la Generalitat. Parecía una escena de Hollywood. Todas las cámaras hacia él, todos los periodistas rodeándole, luchando entre ellos para ver quién consigue la mejor instantánea. El Presidente sonrie, sonrie con su camarilla rodeándole, me recordaba a las estrellas de cine. Creo que todo eso no se ve en la tele.

Los parlamentarios creo que llevan demasiados años en este ambiente. Su mundo está aquí. Seguro que nunca cruzan la puerta de la calle y se adentran en la Ciudad. Pero la Ciudad verdadera. La Barcelona del metro, la del autobús, la del tren. La Ciudad en la que el turismo, la inmigración y la vida de la gente común, hacen un manto heterogéneo de razas, de lenguas y culturas.

Pienso que cuando hablan de Catalunya, hablan de la Catalunya a su imagen. No piensan en la sociedad real; la de las aglomeraciones, la del estrés, la de las colas del autobús, la de los asaltos a las personas, etc.

Pienso que toda esta gente no vive el mundo de la calle. Llevan demasiados años en la política y sólo saben de la realidad por la información que los medios les trasmiten.

Van de casa al coche, del coche al Parlament, y viceversa. Pienso que ellos consideran –es una percepción mía- que su mundo es este, que su status está por encima de todos aquellos que convivimos detrás de su zona de seguridad.

Sólo son percepciones de una persona con los piés en el suelo. Espero equivocarme por el bien de todos nosotros.